Caña de voz y gesto,
una vez y otra vez
tiembla sin esperanza
en el aire de ayer.
La niña suspirando
lo quería coger;
pero llegaba siempre
un minuto después.
¡Ay sol! ¡Ay luna, luna!
Un minuto cómo se mece
una vez y otra vez,
virgen de flor y rama,
en el aire de ayer
FEDERICO GARCÍA LORCA, Árbol de canción