21 de abril de 2014

Andanzas de Sáfico

Una vez que hubo cruzado el puente de sables, llegó a una estancia en la que había un banquete con manjares dispuestos sobre la mesa. Se sentó y cogió un pedazo de pan, pero el poder del Guante lo convirtió en ceniza. Agarró una copa de agua pero el cristal estalló, hecho añicos. Así pues, reemprendió el viaje, porque supo que estaba  cerca de la puerta.

CATHERINE FISHER, Sáfico