Las gentes de los Hielos del Este
se derriten lo mismo que la nieve;
mendigan café y azúcar,
y van donde el hombre blanco va.
Las gentes de los hielos del Oeste
aprenden a robar y a luchar;
venden en el mercado sus pieles,
y con ellas sus almas a los blancos.
Las gentes de los hielos del Sur
comercian con la tripulación delos balleneros;
sus mujeres tienen muchos lazos,
pero sus tiendas son escasas y están rotas.
Pero las gentes de los hielos mayores,
que escapan a la comprensión del blanco,
hacen sus lanzas con el cuerno del narval
¡y de todos los hombres son los últimos!
RUDYARD KIPLING, Los libros de la selva